LA CASA DE PILATOS – LIMA PERU

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Quien recorra el antiguo ba­rrio limeño en el que está la monumental iglesia de San Fran­cisco, encontrará a pocos pasos de la plazuela, en el jirón Ancash, haciendo esquina con el jirón Azángaro, una de las casas coloniales de Lima más intere­santes por su historia, por su arquitectura y por aterradoras y lúgubres leyendas que sobre ella se ha tejido en todos los tiempos.

El por qué se le llama la Casa de Pilatos, nadie lo sabe en reali­dad. Entre otras historias que relata el tradicionista Ricardo Palma sobre esta casa y que han sido destruidas por el rigor his­tórico del Padre Rubén Vargas Ugarte, recoge la leyenda de que judíos portugueses que ocuparon la casa hacia 1635 realizaban allí tenebrosas ceremonias heréticas con profanaciones de imágenes sagradas.

Aunque ha conservado a tra­vés de los siglos lo fundamental de su estructura, el inmueble ha sufrido numerosas transforma­ciones y así se ha ido acumulando en su arquitectura elementos característicos de distintas épo­cas. El mismo Palma, cuando escribió sobre él en 1868, ano­taba que “en los últimos cuarenta años ha sufrido el edificio tales y tantas reparaciones, que, moder­nizado, como hoy se halla, no es ni sombra del que yo conocí”.

La portada es un bello trabajo en piedra, de dos cuerpos, con los escudos de Jarava y Esquivel a izquierda y derecha. El resto de la fachada es sencillo y no ofrece ninguna otra particularidad. Tiene en la actualidad dos balco­nes, uno de ellos en esquina, colocados al refaccionarse la casa, hace pocos años, para que fuera ocupada por la Casa de la Cultura, que allí funciona. Ante­riormente está adornada por her­mosos balcones de estilo gótico.

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