LA CASA DE ALIAGA De uno de los del Gallo
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En la calle Palacio, frente a las ventanas laterales del Palacio de Gobierno, llama la atención del transeúnte una vieja casa colonial de singular arquitectura, porque su escalera al centro mismo del zaguán le da una fisonomía que se aparta del patrón clásico de la típica casona solariega de Lima.
Tiene además esta casa otra singularidad histórica que la hace única en el continente. Y es que desde que se fundó la ciudad, hace 434 años, pertenece a los mismos propietarios, que son los descendientes de don Jerónimo de Aliaga, hombre ilustre que acompañó a Pizarro en la isla del Gallo, en la epopeya de la conquista, en la fundación de Lima.
En el reparto de solares que hizo el fundador le correspondió a don Jerónimo el que hasta ahora ocupa su casa, que tiene además la característica poco común de que ha sido construida, en parte, sobre un antiguo adoratorio indígena que se extendía desde el predio de Aliaga hasta la parte posterior del Palacio de Gobierno.
Ocupada la parte baja por tiendas comerciales y desprovista casi en su totalidad de su antiguo mobiliario, esta casa, que forma parte de la historia de la ciudad y que acogió a muchos ilustres personajes en distintas épocas de su larga existencia, ha perdido en nuestros días gran parte de su prestancia. Pero se le asigna ún notable valor arquitectónico además de su interés histórico, pues, la construcción en varios planos, aun bajo el nivel del piso, la distribución de su entrada con una pequeña terraza que antecede a los salones principales.