Ciudadela de Vilcashuamán

POLITICSRuth Bader Ginsburg optimistic ‘over the long haul’ for US Quis autem vel eum iure reprehenderit qui in ea voluptate velit esse quam nihil molestiae consequatur, vel illum qui.

Estas imponentes construccio­nes se encuentran a 110 kilóme­tros de la ciudad de Ayacucho, en el distrito del mismo nombre de la Provincia de Cangallo. Para llegar a las ruinas se sigue la carretera Ayacucho-Cangallo hasta Condorcocha, desde donde se toma el desvío de la mano izquierda. El viaje dura aproxi­madamente cinco horas.

“Su verdadero nombre que­chua es Huillca Huaman (caste­llanizado en Vilcashuamán), que viene a significar halcón sagrado, ave adorada como tótem o dios gentilicio por la confederación de las tribus Pocras y Chancas”.

Vilcas fue conquistado por Inca Roca. Pachacútec mandó «edificar junto al doratorio del halcón aborigen un famoso Tem­plo del Sol, servido por numero­sísimos sacerdotes, y una fortale­za, con una guarnición conside­rable.

En la actualidad se conserva poco de sus célebres monumen­tos. Pero todavía quedan restos que dan una idea de la grandeza del Templo del Sol al que tam­bién denomina el Castillo de Osno, y también el Intihuatana. Las piedras que forman el sol son de granito, y tan perfectamente unidas que no se distingue línea de separación y es imposible introducir la punta de un alfiler en sus junturas.

Hacia esa misma dirección se encuentra el pórtico principal de acceso. Y hacia el torreón hay 36 bien pulimentados peldaños de piedra.

Murallas, alacenas y hornaci­nas, lienzos murales, acueduc­tos, etc. son motivo de admira­ción para los estudiosos.

La ciudadela es igualmente im­presionante. Presenta murallas de diversos estilos arquitectóni­cos. Al Este tiene asombrosos pórticos trapezoidales que dan acceso a una amplia plaza, domi­nada por un torreón.

BARRA PARA AUTOR