Informacion acerca de MachuPicchu
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Machu-Picchu es uno de los más famosos restos arqueológicos de la Humanidad. Constituye desde su descubrimiento en 1911 un poderoso incentivo para todos los turistas y estudiosos del mundo.
Desde que se emprende el viaje por tren desde el Cusco hasta el kilómetro 110, se va acortando el camino hacia la excepcional maravilla, legado de los antiguos peruanos.
Luego, recorriendo en ómnibus por una carretera ascendente de ocho kilómetros, el camino se detiene frente al hotel de turistas. Allí, a 2,300 metros sobre el nivel del mar, se inicia el ingreso a la increíble y antigua ciudad.
Increíble porque nadie se explica cómo en la cima del empinado cerro surgido entre profundos abismos en el cañón del río Urubamba, el hombre del antiguo Perú pudo construir una ciudad de piedra.
Machu Picchu, un verdadero reto del hombre a la naturaleza, se encuentra limitada por los cerros de Huaynapicchu (norte), Cutija (Sur), Putucusi (este) y el valle de Ccollipani (oeste).
Los diferentes sectores cnqu. está dividida la ciudadela se encuentran en buen estado de conservación. Los historiadores y arqueólogos, para mejor conocimiento del visitante, la han dividido en varios sectores, de acuerdo a su ubicación.
Un camino de herradura conduce a la entrada de la ciudad y a las escalinatas que comunican a un grupo de construcciones rústicas y a un pequeño observatorio.
Rodeando toda la ciudadela, quedan restos de la muralla de 5 metros por 1.80 de espesor que le dan al lugar un aspecto netamente militar y defensivo.
La ciudadela de Machu-Picchu tiene admirablemente dispuestas sus graderías y se calcula que haya unos tres mil peldaños que permiten llegar a las plazas, adoratorios, andenes y sepulcros.
En el sector agrícola, las terrazas comunicadas por escalinatas de perfecto acabado, se aprecian construcciones separadas por callejuelas estrechas en las que sobresalen un tambo con diez puertas y un mirador que domina la ciudadela. Los canales de irrigación son una demostración de ingenio.
Parecería que en ese mundo ignorado o desconocido nada se había dejado al azar. Todo estaba dispuesto con cuidado y minuciosidad.
Allí están los restos del Barrio de la nobleza formado por un grupo de casas situadas en hileras sobre una pendiente, la residencia de los intelectuales con sus muros de coloración rojiza donde se cree vivieron los pensadores del Imperio y de la ñusta, de forma trapezoidal.
La residencia de los llamados servidores, la gente del servicio se cobijaba en dos reducidas habitaciones.
El mausoleo monumental es un bloque pétreo en cuyo interior, en forma de bóveda se presume se efectuaban algunos ritos o sacrificios. Muestra paredes labradas.
En la parte superior del mausoleo se alza el torreón militar de forma semicircular y con dos ventanas. El acabado de las paredes contrasta con el piso a medio labrar. El mismo torreón tiene una entrada hacia el norte llamada Puerta de los Amarus, cuyo umbral está formado por dos escalinatas con un;i serie tic orificios que se dice eran criaderos de víboras.
El Patio rectangular, detrás del torreón revela un muro de piedras de 4 metros 40 de alto, el principal de esc sector, que se caracteriza por
sus nueve hornacinas y sus clavos pétreos. Al pie de la puerta de los Amarus se ubica una fuente cuadrada con un asiento labrado en roca para cuatro personas y un corredor de muros paralelos.
Al noroeste del torreón está situado el Palacio del Inca, formado por un corredor, un patio y tres habitaciones con varias hornacinas o nichos.
En el centro de Machu-Picchu se encuentra la Plaza Sagrada, de unos 60 metros cuadrados de extensión, en la que convergen los edificios principales, entre ellos los de tipo religioso.
El primero es el Templo de las Tres Ventanas integrado por tres muros e igual número de ventanas de las que según supuso el doctor Hiram Bingham salieron los hermanos Ayar para fundar el Cusco. El segundo es el Templo Sagrado también constituido por tres muros dispuestos en formá de un altar; y el tercero, la Mansión Sacerdotal, una enorme sala con dos puertas en la que vivía el Willac Umo o Sacerdote.
Sobre una colina artificial, subiendo por una escalinata de amplios peldaños, 78 en total, que se comunican con la Plaza Sagrada, están las cuatro terrazas del Intihuatana, en cuya cima, en un polígono regular, se levanta un bloque granítico. En el centro se alza un prisma cuadrangular, la pieza más importante, que servía como reloj solar, a través de la sombra que proyectaba el astro dios.
Para los reos o infractores de las leyes había un sector, al sudeste de la ciudadela, que se le llama la Cárcel, donde surgen unos nichos de las rocas destinados a aplicar castigos corporales a los presos.
La ciudadela contaba también con un cementerio ubicado en la parte inferior de las terrazas del Este. Cerca de este grupo se observa la Piedra Ritual que presenta la forma de una mesa funeraria donde, posiblemente, se rendía postrer homenaje a los difuntos. El cementerio que tiene forma de plazoleta disponía, al finalizar la escalinata principal a Machu-Picchu, de una casa de piedra que habría servido de vivienda al Ayacamayoc o guardián de los muertos. En las diversas excavaciones funerarias realizadas después del portentoso descubrimiento de estas ruinas, en Julio de 1911 por la expedición que encabezó el Doctor Hiram Bingham, se llegó a establecer que de 135 esqueletos hallados en la ciudadela 109 correspondían a mujeres.
Este hecho hace presumir que Machu-Picchu fue habitado casi en su totalidad por mujeres que, huyeron a ese lugar antes de caer bajo el yugo de los conquistadores o que fue el lugar escogido de las elegidas de los Incas.
Respecto a la antigüedad de la ciudadela existen diversos criterios. Unos señalan que corresponde a la época Pre- Incaica y otros que es una muestra palpable del adelanto arquitectónico alcanzado en la dinastía de los Incas.
Lo cierto es que se trata de una de las obras más maravillosas de la antigüedad, que se puso en evidencia gracias al tesón del científico Bingham que encabezó una comisión patrocinada por la Universidad de Yale y la Sociedad Geográfica Nacional de Estados Unidos, y luego a la intervención de los más notables arqueólogos e historiadores peruanos.