Semana Santa Ayacuchana

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La Semana Santa de Ayacucho bles dentro de las tradiciones es uno de los sucesos más nota- religiosas y costumbristas y sin

duda de un colorido localistas pocas veces igualado.

La singular representación del drama del Calvario que todos los años tiene lugar en Ayacucho es casi tan antigua como la ciudad misma y con el correr de los siglos se han ido amalgamando en esta conmemoración las ideas, cos­tumbres y creencias importadas a la región por los españoles, con seculares tradiciones indígenas y paganas.

Y   si hay algo que llama la aten­ción del visitante es esa mezcla, para muchos incomprendida, de respetuosa unción religiosa con festejos populares y ferias comerciales.

Aunque los días de Semana Santa se inician el Domingo de Ramos, ya desde el viernes ante­rior, llamado Viernes de Dolores se da inicio a las celebraciones con la salida de la procesión de la imagen de “La Dolorosa” de la iglesia de la Magdalena, a las 7 p.m.

El Domingo de Ramos se bendicen a las 7 am. en la Cate­dral las flores y las palmas que llevarán los niños que acompaña­rán a una imagen de Cristo sen­tada en un pollino.

A las 3 pm. todo el pueblo va a la Plaza de Armas a presenciar la “entrada del chamizo”, que el día anterior fue traído sobre pin­torescas muía ricamente enfalza- das con bordados de colores y platería, adornados sus aperos con alegres cascabeles.

Casi a la misma hora, sale del templo de Santa Teresa la proce­sión con la imagen de Cristo sen­tada en el pollino. Doce hombres vestidos a la usanza de aquella época, representan a los doce apóstoles, y siguen a la imagen por el Jirón 28 de Julio y la Plaza de Armas.

En el atrio de la Catedral se arroja al pueblo una carga de fruta donada por la gente del Mercado.

El Lunes Santo sale una senci­lla procesión del Templo de La Merced, a las 8 pm., llevando la imagen del Señor del Huerto. Seguido también de una multitud recorre el Parque Sucre.

El Martes Santo es la proce­sión de la imagen del Señor de la Sentencia. El cortejo comienza a las 7 pm. en la iglesia de la Amar­gura.

El Miércoles Santo sale de la Iglesia de Santa Clara, a las 8 pm., la procesión con la imagen del Nazareno.

Es un acto impresionante de admiración y respeto popular en el que se rememora el camino del Calvario y el encuentro de la Vir­gen con su hijo, rumbo a la cruci­fixión. Tiene lugar en la Plaza de Armas y calles adyacentes ante una abigarrada multitud. Portan velas encendidas. Millares de lucesitas suavemente agitadas por el viento y un silencio de muerte.

El lúgubre tañido do las cam­panas encienden un murmullo de oraciones que suenan como ej presagio de lo inevitable.

El Jueves Santo se realiza en la  Catedral la Misa de Consagra­ción de los ()lcos. Id Obispo lava los pies a doce pobres.

El Viernes Santo en la históri­ca Pampa de Chupas y en Llañu- pampa (detrás del Cementerio) se realizan típicas ferias regiona­les.

Por la noche, a las 8 pm. sale del templo de Santo Domingo la procesión del Señor del Santo Sepulcro.

El Sábado de Gloria es un día de fiesta. Estalla la alegría en forma desenfrenada. Repican las campanas de las numerosas igle­sias después de dos días de silen­cio.

Esa noche miles de vivanderas invaden la Plaza Sucre ofre­ciendo sus platos típicos y mien­tras las fogatas que queman el chamizo iluminan la ciudad. Cohetes y bombardas estallan el cielo ante el asombro de los cam­pesinos que han llegado desde lejanos pueblos.

El Domingo de Resurrección sale a las cuatro de la mañana la procesión de la Aurora. Despi­diendo a las últimas sombras estallan decenas de cohetes y bombardas. Sobre el cielo rosi­cler se dibujan las inmensas andas con un enjambre de cirios encendidos, sobre las que va el majestuoso Señor de la Resu­rrección. Las torres de la Cate­dral, de donde sale la imagen, todavía recortan sus siluetas oscuras sobre el cielo iluminado.

Con esta procesión terminan las celebraciones de la Semana Santa. En la tarde se realizan carreras de caballos, cabalgados por indígenas morochucos en el Estadio “Leoncio Prado”.

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