El Peru Arqueologico
POLITICSRuth Bader Ginsburg optimistic ‘over the long haul’ for US Quis autem vel eum iure reprehenderit qui in ea voluptate velit esse quam nihil molestiae consequatur, vel illum qui.
El Perú arqueológico es objeto de conocimiento desde los siglos XVI y XVII, a través de descripciones superficiales de monumentos y averiguaciones sobre las costumbres e historia de los Incas. La preocupación fundamental de los autores de entonces estuvo centrada en el período último de la cultura del Perú pre-hispánico: el incaico. Era éste el lapso que tenía interés inmediato para los conquistadores y colonizadores. Además, poco más que nada se podía lograr en los siglos XVI y XVII sobre etapas anteriores a los Incas. Estas quedaban lejanas; su tradición se había borrado de la memoria popular, o supervivía aisladamente envuelta en lo legendario, proscrita y desvirtuada intencionalmente, al margen de la historia oficializada por los emperadores del Cuzco.
Las averiguaciones realizadas por los cronistas se refieren a sucesos históricos; pero también a indagaciones acerca de la religión gentil, a las que indirectamente, se sumaron noticias afines relativas a costumbres. Fueron varios los resortes que promovían, en los siglos XVI y XVII, el interés acerca del pasado prehispánico. Los primeros informes, escritos a raíz del descubrimiento y conquista del país de los Incas, son de asombro —como diría Porras—, por la novedad de las impresiones y por la alegría y exaltación que motivó la cosecha del fruto dorado obtenido por los españoles con la conquista. Del afán de catequizar, nacen concienzudas relaciones sobre aspectos religiosos de los indios, que son las fuentes principales.dei conocimiento de la religión prehispánica. En estas relaciones menudean datos sobre costumbres en general. También el afán catequizador hizo posible el estudio de la lengua aborigen, cuando aún se encontraba libre de influencias europeas. El primer monumento lingüístico es de 1560, y se debe al docto dominico Fray Domingo de Santo Tomás. Paralelamente se investiga la historia incaica, casi siempre con el objeto de acarrear pruebas para fundamentar tesis, ya sea de simpatía o de antagonismo. Así, se trazan cuadros perfectos, utópicos, de la cultura Inca (Gar- cilaso), generalmente en respuesta a la visión oscura de salvajismo, presentada por los detractores del Incario, que tratan además de demostrar la tiranía ejercida por los Incas en las regiones conquistadas por ellos (Sarmiento), para, de este modo justificar la conquista del Perú por España y borrarle a su vez todo viso de tiranía. Son muy pocos de los que podría decirse que estudian el pasado precolombino en forma equilibrada y con afán científico. Entre estos autores está Cieza, el gran descriptor de la tierra peruana, de la gente, de sus costumbres y de su historia. Enorme era la tarea que esperaba a los que se habrían de dedicar tempranamente a la historia de la última época del Perú antiguo. Es por eso que los cronistas de los siglos XVI y XVII —salvo contadas excepciones— no atendieron a lo que aún hubiera podido salvarse de la tradición preincaica. Por otra parte, en la práctica, lo importante de entonces, era conocer a los vencidos y su historia inmediata. Los métodos de investigación, finalmente —debido a que se circunscribían a recolectar la tradición oral, no solamente por ausencia de una escritura fonética o desarrollada que hubiera permitido la consulta de documentos escritos, sino también por la falta entonces de toda técnica arqueológica— imposibilitaron en los siglos XVI y XVII todo reconocimiento sobre etapas remotas.
En la segunda mitad del siglo XVII, y en el transcurso del XVIII, no se produce especial avance en el conocimiento del pasado peruano. El interés se concreta por entonces, a lanzar a distancia, en Europa, especulaciones con datos superficialmente obtenidos, a través de algunas crónicas españolas. Imperaban los extremos: se ponderaba la cultura incaica como grandiosa (De Carli), o se concluía que no había pasado los límites del barbarismo y de extrema primitividad (De Paw). La excepción está dada por los viajeros científicos, naturalistas, astrónomos, etc., y por algunos anticuarios o curiosos del pasado. El interés de estos no fue exclusivo; se era aficionado a las antigüedades, de paso. Con todo, de entonces datan algunas descripciones de monumentos, interesantes desde el punto de vista de la historia de la evolución del conocimiento arqueológico.
Hotel La Cabaña en Machu Picchu
La Cabaña- Machu Picchu Boutique Hotel is a warm, cozy and familiar place while also a great spot for a romantic get-away. It has a rustic décor with an environmental style that promises to connect you with the culture and nature of Machu Picchu. Also, we provide a personalized service with skilled and welcoming staff.
Main Office – Reservations: Calle Heladeros 157 OF-22-A
Hotel front desk: Av. Pachacuteq N° 805
Phone.: 00 51 84 263230
RPC.: 00 51 984761706
Phone.: 00 51 84 211048
E-mail Reservations : reservas@lacabanamachupicchu.com
Website Hotel Machu Picchu