Tianayoc en Pisaq

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Sigamos nuestra caminata imaginaria; nos hallamos en Intiwatana, avanzamos en dirección Norte, vamos dejando el barrio sagrado y tomamos una amplia calzada ascendente, tiene gradas. Luego de un centenar de pasos, el camino se bifurca; una rama asciende por la derecha, la otra por la izquierda; los dos senderos siempre en busca ele la cumbre más elevada de la Montaña Cuatro.

Tomamos el sendero de la izquierda, continuamos la ascención por camino sinuoso que discurre zigzagueante, y vencidos otros cien pasos, nos damos con un pequeño y peculiar barrio inka, al que hemos denominado Tianayoc.

Indagamos entre los campesinos de la zona, por el posible nombre de este grupo. La que nos ha parecido más adecuada fue Tianayoc, palabra quechua que en castellano significa: con asiento, que tiene asiento.

El espectador ubicado en Intiwatana, dirigiendo la mirada hacia el Norte, aguzando la vista, halla el sendero mencionado arriba, sus dos ramas, las bases de los recintos samana o descanzo, y algunos recintos de Tianayoc. Estos restos arqueológicos están cubiertos de charamusca, hongos y liquenes, que producen un fenómeno de mimetización. Es menester limpiar esta zona, y el aspecto que presente Intiwatana será más imponente.

Tianayoc es un barrio dispuesto a mayor altura y a corta distancia de Intiwatana, inclinado hacia el lado occidental de la montaña, muy cerca de la cumbre; desde sus recintos occidentales se divisa gran parte de la quebrada de K’ita-mayu, recintos que están al borde de impresionante corte casi vertical del cerro.

Este nuevo barrio, ignorado en los libros, callado por los arqueólogos, perdido entre la charamusca, innominado y abandonado, está constituido por un conjunto de edificaciones en buen estado de conservación.

Los recintos están dispuestos en derredor de un área libre, especie de patio, sobre el que dan sus puertas. En esta pequeña plaza hallamos una tiana, es decir un trono, muy diferente al que nos tienen acostumbrados los inkas, pues, más semeja un amplio sillón moderno; es un sofá de piedra, para dos personas adultas.

El barrio está más o menos a treinta metros de altura con relación a Intiwatana; y aproximadamente a doscientos metros de distancia.

El estilo arquitectónico se caracteriza en que las piedras son de tamaño pequeño, aunque con ensamblamiento perfecto en la cara externa de las paredes. En general los recintos son medianos o pequeños y no tienen la magnificencia de los que hemos descrito en el barrio sagrado. Tienen similitud con los de P’isaq.

Uno de estos habitáculos tiene los siguientes caracteres:

–       Longitud dirigida en sentido Este-Oeste;

–       5.95 mt. de largo;

–       3.13 mt. de ancho. Su base es rectangular.

–     Tiene una puerta en la porción central de la pared Sur, lastimosamente ya sin dintel, y sus dimensiones son:

2.30 mt. de altura;

1.00 mt. de luz, el vano, en la parte del dintel;

1.13 mt. de luz, el vano, en la porción del umbral.

–       Sus paredes están en buen estado de conservación; tienen un espesor de 0.74 mt. La altura de los muros llega a los cuatro metros.

–       La pared Norte tiene, en su cara interior, cinco hornacinas, cuyas bases o umbrales están 1.54 mt. en relación al piso del recinto.

–       En la pared Sur está ubicada la puerta, como ya tenemos expresado; en el interior y a cada lado de la puerta hallamos dos hornacinas, dispuestas al frente de las que existen en la pared de en frente.

–       La pared oriental presenta tres hornacinas. En la parte superior, y entre hornacina y hornacina, existen dos pequeñas ventanas que comunican con el exterior, tienen marco rectan-gular de 0.25 mt. de largo, por 0.16 mt. de altura. La pared se prolonga hacia arriba en forma triangular, constituyendo los mojinetes que servían de asiento al techo de doble vertiente.

–       La pared occidental es idéntica con la oriental, con igual número de hornacinas y dimensiones.

–       Las dimensiones de las hornacinas de este recinto son:

0.44 mt. dintel;

0.47 mt. umbral;

0.76 mt. altura;

0.37 mt. profundidad;

1.50 mt. altura del umbral en relación con el nivel del piso.

Otro de los recintos o habitáculos importantes que se ubican en la zona central de este barrio llamado Tianayoc, tiene los siguientes caracteres:

–       Tiene forma de una letra «L» mayúscula, tendida en un plano horizontal. El largo está orientado en sentido Norte-Sur. Es un recinto angosto.

–       El ancho en su sector central es de 1.45 mt. Solamente.

–       El ancho en el sector Norte es de 1.95 mt.

–       El largo es de 8.00 mt.

–       El ancho en el sector Norte es de ne ni tuvo puerta, sino un amplio vano, un espacio libre, sin pared, en la porción central del muro occidental. Este vano es de 3.17 mt. A cada lado del vano corre una porción do pared.

–       En todo el recinto hallamos quince hornacinas, siempre de forma trapezoidal, dispuestas con simetría, están equidistantes, tienen las mismas dimensiones, constituyendo un conjunto armónico y bello.

El sillón lítico, que permite dar su nombre a todo el barrio, está orientado de modo que los dos personajes sentados dan frente hacia el poniente. Las dimensiones son:

1.26 mt. de largo;

0.67 mt. de ancho;

0.57 mt. altura del respaldo desde el piso;

0.27 altura del asiento del sillón, a partir del piso.

Cuando comenzamos la descripción del barrio de Tianayoc dijimos que para llegar a él, se toma el  sendero que asciende de Intiwatana por el lado izquierdo; sendero del lado derecho hay diversos detalles arquitectónicos, que son:

8.1. Escalinata.- Es propiamente el camino que discurre ascendente, conformado por enorme sucesión de peldaños de piedra; vía sólida que nos conduce hacia la parte más alta de la montaña. Su ancho es uniforme, cómodamente pueden ascender dos o tres personas juntas, al mismo tiempo.

8.2. Torreones y samarías.- Samana es palabra quechua; en castellano, como ya vimos, equivale a sitio de descanso. Ascendiendo por la escalinata del lado oriental, partiendo de Intiwatana.

8.3. Recintos.- En la zona que venimos describiendo, hay también recintos semi destruidos, aislados, vinculados con el camino principal, y asociados igualmente a pequeños andenes que les servían para el tránsito.

Muy cerca de estos recintos discurre un acueducto, explicando que se trataba de zona densamente poblada, que requería de permanente servicio de agua.

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