
Quiénes son los agricultores migratorios
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En Africa, la agricultura migratoria es practicada por los agricultores en toda la zona húmeda. No obstante, el cultivo migratorio de barbecho prolongado ha ido sustituyéndose gradualmente por el uso intensivo de los terrenos más cercanos al hogar y por el barbecho en rotación, en los campos más alejados del hogar (Chidumayo 1987: Getahun et al. 1982). Aunque hay variaciones en las prácticas actuales de manejo de la tierra, los cultivos, etc., esta intensificación de la agricultura migratoria se está dando en toda la región.
A diferencia del SubSahara africano, donde todos pertenecen a una tribu, en Asia y Latinoamérica los agricultores migratorios que practican el barbecho prolongado han sido, tradicionalmente, minorías étnicas con su propio idioma, religión, valores y, en algunos casos, cultivos. El concepto que tienen los gobiernos sobre esta forma de agricultura en cuanto sistema de utilización de la tierra, está muy ligado al hecho de que lo practican aquellos que se encuentran «al margen» de la cultura predominante del país. Aquellos a los cuales se considera «primitivos» porque tienen una cultura material más sencilla o solamente distinta. También se los califica como practicantes de una agricultura «primitiva» y desperdiciadora de recursos que podrían ser mejor aprovechados por la « mayoría» nacional.
Este prejuicio ha desalentado la formulación de un planteamiento más objetivo respecto a la agricultura migratoria en muchos países. Por lo tanto, este sistema de uso de la tierra está siendo juzgada según quién lo está practicando más que por sus propios méritos y limitaciones. En Asia y América Latina, la percepción de lo que es la agricultura migratoria se complica todavía más porque está siendo utilizada no solamente por las «tribus» (minorías tribales) o por los «indios» (la población indígena), sino también por los campesinos sin tierra y los migrantes fronterizos. Otra vez, en el mejor de los casos, hay una actitud indiferente ante lo que hagan los grupos considerados de condición inferior, al menos que sean juzgados como infractores sobre los recursos nacionales. Tanto los campesinos como las tribus podrían considerarse agricultores migratorios, pero sus respectivos sistemas de uso de la tierra son radicalmente diferentes.
Las tribus generalmente practican la agricultura de corte y quema de manera integral, un sistema de uso de la tierra basado en «una forma de vida más tradicional, de duración anual, de tipo íntegramente comunitario, casi autónoma y ritualmente sancionada». Cuando los practicantes del corte y quema integral ingresan en una nueva zona como pioneros, podrían llegar a desbrozar partes considerables de la vegetación clímax cada año. Pero, cuando la comunidad está bien establecida y desbroza anualmente poca o ninguna vegetación clímax anualmente, está practicando la agricultura de corte y quema «establecida» (Conklin 1957:2,3).
Los campesinos practican la agricultura de corte y quema parcial que, en lugar de basarse en una forma de vida, refleja «predominantemente sólo los intereses económicos de sus participantes» (Conklin 1957: 2). Los campesinos que practican el corte y quema parcial tienen fuertes vínculos socioculturales fuera del área inmediata donde la practican y sus objetivos de propiedad y productividad difieren de los que practican el corte y quema integral. En vez de formar parte de una comunidad estable que posee vínculos históricos y culturales con el área, el agricultor de corte y quema parcial puede encontrarse ahí únicamente para aprovechar un cultivo durante uno o dos años. Este tipo de agricultores cultiva principalmente campos permanentes y utiliza el sistema de corte y quema como complemento para sus otros cultivos; están practicando una agricultura de corte y quema complementaria.
En el Sudeste Asiático es común que el campo de cultivo permanente esté situado en los valles, mientras que los terrenos de corte y quema están en las laderas de los cerros. Hay otro tipo de sistema parcial de corte y quema en el cual el agricultor migra al bosque. A menudo con poco conocimiento previo de las técnicas de corte y quema, este agricultor dedica todos sus esfuerzos a formar un terreno cultivable; lo hace en forma incipiente, pero su falta de conocimientos no le permite desarrollar un sistema de corte y quema sustentable (Conklin 1957:3).
Estas distinciones se han utilizado mucho en los trabajos sobre el tema, si bien hay una tendencia, especialmente en Sudamérica, a confundir la agricultura de corte y quema incipiente con la pionera o iniciadora. El término pionero no se está utilizando tal como fue concebido originalmente; es decir, para describir a una comunidad tribal practicante del sistema integral que se establece en una nueva área. Se lo emplea incorrectamente para denominar el corte y quema practicado por migrantes campesinos que se trasladan al bosque, lo cortan y lo queman para luego abandonarlo, o que venden un campo deteriorado y/o establecen un campo de cultivo permanente (UNESCO/PNUMA 1987: 324; Moran 1987). De acuerdo con las definiciones originales de Conklin, estos campesinos migrantes no son agricultores pioneros sino incipientes, que deterioran los suelos porque no conocen lo suficiente sobre el ecosistema forestal para evitarlo. En el resto de este documento, y puesto que se ha venido consagrando el empleo del término en este sentido, la corta y quema pionera será utilizado para distinguir las prácticas de los migrantes de las prácticas de corte y quema integral de las comunidades establecidas y autónomas.
Con respecto a los millones de agricultores migratorios mencionados aquí, podría preguntarse ¿cuántos son pioneros y cuántos practican el sistema integral? Desafortunadamente, muchos gobiernos no distinguen entre los agricultores de corte y quema que son pioneros y los agricultores integrales (también denominados tradicionales). Por cuanto los dos sistemas de corte y quema tienen efectos muy diferentes sobre el medio ambiente, es necesario establecer esta distinción (Watters 1971). Cuando se produce la destrucción del bosque tropical, el causante es generalmente el pionero y no el que maneja una práctica integral. Los migrantes «ávidos de tierra» con su desconocimiento del corte y quema integral, que les permitiría aprovechar racionalmente el ecosistema forestal, están entrando, cultivando y degradando las tierras forestales (Olafson 1981: 3; véase, también. Morán 1987; Moran 1983; Watters 1971). Una población que reside en un lugar por una o más generaciones tendrá un conocimiento más preciso del medio ambiente en el cual se desenvuelve que el migrante «desarraigado», quien posiblemente practicará un sistema pionero empleando métodos agrícolas de su lugar de origen y no los que son adecuados para el lugar de reasentamiento (Moran 1987:227).