Los Ancianos
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Las calamidades tienen graves consecuencias para los ancianos. Los aspectos difíciles de un desastre para los ancianos son su falta de recursos, menor capacidad física. Muchos padecen enfermedades criónicas y ello también puede representar graves problemas por ejemplo, es particularmente pueden estar sometidos a una tensión extra ordinaria y es importante vigilarlos muy de cerca. Algunos pacientes psicoticos se vuelven mas racionales, en tanto los que sufren paranoia pueden culparse por el desastre y quienes padecen depresiones profundas quizás no muestren ningún cambio, sin embargo, este tipo de reacciones no son distintas en el anciano como en el joven. Las respuestas de los ancianos respecto de las perdidas sufridas en un desastre no muestran sentimientos excesivos de desorganización personal.
El hecho que el anciano afronte mejor en un nivel emocional la experiencia del desastre que las personas jóvenes, no significa que los ancianos estén privados de necesidades. Huerta y Horton observaron que lo profesionales pueden hacer por un anciano después de un desastre.
– proporcionar asistencia en problemas físicos de limpieza y reparación.
– Recomendar, en el lenguajes propio del anciano, las acciones financieras, legales y de impuestos que haya de efectuar
– Proporcionar asistencia económica y social por medio de organización captadas por la sociedad como las iglesias, y no por medio de organizaciones especializadas que muchas veces discriminan a los ancianos.
– Brindar oportunidades a los ancianos para que difundan información y opiniones en lugar de ser receptores pasivos.
Si se requiere de psicoterapia, debe ser breve y orientada a un objetivo en especial. El principio general de orientación que debe utilizarse en el caso de los ancianos es que conviene que exista una mínima interferencia en sus patrones de vida establecidos. El terapeuta debe de preocuparse del problema, y depuse, ya no intervenir. Las fases básicas en la solución de problemas son:
1) definir el problema;
2) recopilar los hechos;
3) conjuntar otras soluciones;
4) escoger las mejores soluciones,
5) actuar, el anciano necesita participar activamente en dicho proceso y centrarse en la situación real y presente
LA ATENCION DE LOS SOCORRISTAS
Estos encargados de suministrar atención medica y los socorristas que sobreviven pueden ser observados objetivos sólo por un periodo breve, a menos que conserven una distancia psicológica y a veces de adaptación en relación con sus pacientes.
Las reacciones psicológicas pueden fácilmente abrumar a los grupos de auxilio que se les preste atención cuidadosa al hecho de las necesidades biológicas básicas en especial, reposo y sueño. En situaciones de desastre, los socorristas fácilmente trabajan con mucho más afán de lo que ha hecho antes. Por tal motivo la carga de trabajo debe desempeñarse con ritmo y ellos tiene que aceptar las limitaciones humanas que les impiden laborar noche y día durante un periodo prolongado, si no satisfacen sus necesidades biológicas básicas quienes proporcionan los cuidados de la salud dejan de actuar como profesionales y solamente tiene energía para cuidar de si mismos y de su familia.
Edwards estudió las fuentes del estrés que experimentan las enfermeras durante desastres civiles breves en la Gran Bretaña. Sus investigaciones revelaron los siguientes extresores:
– Preocupación por seguridad personal
– Preocupación por la seguridad de sus propias familias
– Preocupación por deficiencias en la organización de la atención y los sistemas de abastecimiento.
– Mayor responsabilidad
– Demandas excesivas
– Necesidad de evitar conflictos de papeles con sus colaboradores.
– Identificación de las enfermeras que nos son madres, con los pacientes pediátricos
– Necesidad de hacer algo importante.
– Sentimientos de control y dominio hacia las victimas.
La selección también es un factor extresor para el persona medico y asistencial. Las decisiones entre la vida y muerte deben tomarse rápidamente. Hay poca oportunidad o si yo para entablar relaciones enfermera-paciente o medico-paciente. Los escasos recursos incluyendo el trabajo humano, deben ser asignados y aprovechados en la forma más eficaz y juiciosa. Esta atmósfera resulta extraña para muchas de las áreas de trabajo modernas.
Según Burkle, “al esencia de la situación traumática es un sentimiento de desamparo por parte del “yo”. Los profesionales en los cuidados de la salud no deben esperar que los demás se comporten o sientan como ellos. Lo que una persona percibe como amenazador depende del grado del dolor psíquico que puede tolerar. La aceptación de los derechos de los demás a tener sentimientos y limitaciones personales aligera la tensión.
Los profesionales en asistencia médica deben utilizar tres de los principales mecanismos de defensa y adaptación de los humanos: supresión, aceptación y humor.
– La supresión es la exclusión intencional de material, de los pensamientos conscientes. En este caso es la atmósfera que rodea la amenaza emocional y física de la persona suprimida,
– La aceptación, es el reconocimiento de que las cosas ocurren mas allá del control de cada quien. Evita perpetuarse con los” pudo haber sido y no fue”
– El humor es la capacidad de reírse de uno mismo y de las propias vulnerabilidades.
Las presiones de la toma de decisiones en un desastre difieren considerablemente de las que afrontan los socorristas en la vida diaria. Por lo general es más lo que esta en juego, y es menor el tiempo antes de perder las opciones y oportunidades decisivas. El desastre puede describirse como una prueba de tensión prolongada y organizada para el socorrista.
El estres y la ansiedad para los trabajadores en todos posniveles pueden atenuarse, por medio de elementos como los siguientes:
– Un programa conciso y claro contra desastres simulacros regulares y perfectamente planeados.
– Papeles del personal perfectamente definidos.
– Periodos regulares de relevo como descanso, bocadillos, comidas y horas de sueño.
Después de que termino la calamidad o cuando menos hayan pasado los periodos de impacto y emergencia, los socorristas necesitan algún tipo de apoyo al igual que las victimas; el cual influye, tiempo para “desahogar” sus sentimientos respecto al hecho y su intervención en él. Tal proceso puede hacerse eficazmente en grupos con compañeros, y quizás con algún trabajador mentalmente sano, que tenga facilidad para dirigir y guiar los comentarios y el proceso de ventilación del grupo. La oportunidad para realizar criticas respecto del desastre; también es parte vital de la evaluación y revisión de los programas contra desastres, para estar bien preparados eficazmente contra futuros acaecimientos. Es necesario que los prestadores de servicios cuenten con una terapia de grupo e individual disponible, que los ayude a superar las perturbaciones psicosociales después de la calamidad. Hay que aceptar que los socorristas tienen los mismos tipos de reacciones psicológicas que las victimas supervivientes, además de las intensas frustraciones relacionadas con su intervención en las medidas de auxilio. Estos sentimientos reacciones deben ser aceptados como algo legitimo, y tratados abiertamente.
La ultima necesidad del personal, pero extraordinariamente importante depuse del desastre, es la necesidad de recibir expresiones de cariño y reconocimiento de sus superiores y lideres. En la atmósfera de frustración, pérdida y estrés continúo creada por el desastre, y también sufren menoscabo la fortaleza del yo y la autoestima. El reconocimiento de un superior tiene un gran valor terapéutico, pues a pesar de la situación tan terrible; la persona como individuo que es, dio lo mejor de si y se le reconoce y aprecia por tal acción.