Historia natural y moral de las Indias

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ACOSTA, Jose de  1590/1954 Historia natural y moral de las Indias Biblioteca de Autores Espanoles, tomo 73, pp. 3-247, Madrid: Ediciones Atlas.

 

106l022           CAPITULO XIII

 

106l024  DE LOS INGENIOS PARA MOLER METALES, Y DEL ENSAYE DE LA PLATA

 

106l027    Para concluir con esta materia de plata y metales restan dos cosas por decir: una es de los ingenios y moliendas, otra de los ensayes.

 

106l031    Ya se dijo que el metal se muele para recibir el azogue. Esta molienda se hace con diversos ingenios: unos que traen caballos, como atahonas,  otros que se mueven con el golpe del agua, como acenas o molinos; y de los unos y los otros hay gran cantidad. Y porque el agua, que comunmente es la que llueve, no la hay bastante en Potosi, sino en tres o cuatro meses, que son diciembre, enero y febrero, han hecho unas lagunas que tienen de contorno como a mil y setecientas varas, y de hondo tres estados, y son siete, con sus compuertas; y cuando es menester usar de alguna, la alzan y sale un cuerpo de agua, y las fiestas las cierran. Cuando se hinchen las lagunas, y el ano es copioso de agua, dura la molienda seis o siele meses, do modo que tambien para la plata piden los hombres ya buen ano de aguas en Potosi, como en otras partes para el pan.

 

106r001    Otros ingenios hay en Tarapaya, que es un valle tres o cuatro leguas de Potosi, donde corre un rio, y en otras partes hay otros ingenios. Hay esta diversidad, que unos ingenios tienen a seis mazos, otros a doce y catorce. Muelese el metal en unos morteros, donde dia y noche lo estan echando, y de alli llevan lo que esta molido a cerner. Estan en la ribera del arroyo de Potosi cuarenta y ocho ingenios de agua, de a ocho, diez y doce mazos; otro scuatro ingenios estan en otro lado. que llaman Tanaconuno. En el valle de Tarapaya hay veintidos ingenios, todos estos son de agua; fuera de los cuales hay en Potosi otros treinta ingenios de caballos, y fuera de Potosi otros algunos; tanta ha sido la diligencia e industria de sacar plata. La cual finalmente se ensaya y prueba por los ensayadores y maestros que tiene el rey puestos, para dar su ley a cada pieza.

 

106r024    Llevanse las barras de plata al ensayador, el cual pone a cada una su numero porque el ensaye se hace de muchas juntas. Saca de cada una un bocado y pesale fielmente; echale en una copella, que es un vasito hecho de ceniza de huesos molidos y quemados. Pone estos vasitos por su orden en el horno u hornaza, dales fuego fortisimo, derritese el meta, todo, y lo que es plomo se va en humo, el cobre o estano se deshace, queda la plata fini ima, he cha de color de fuego. Es cosa maravillosa que, cuando esta asi refinada, aunque este liquida y derretda no se vierte volviendo la copella ao voas donde esta hacia abajo, sino que se queda fija, sin caer gota. En la color y en otras senales conoce el ensayador cuando esta afinada; saca del horno las copellas, vuelve a pesar delicadisimamente cada pedacito, mira lo que ha mermado y faltando de su peso, porque la que es de ley subida merma poco, y la que es de ley baja, mucho. Y asi, conforme a lo que ha mermado, ve la ley que tiene, y esa asienta, y senala en puntualente.

 

106r052    Es el peso tan delicado, y las pesicas o gramos tan menudos, que no se purden asir con los dedos, sino con unas pinzas, y el peso se hace a luz de cndela, porque no de aire que haga menear las balanzas, porque de aquel poquito depende el precio y valor de toda una barra. Cierto es cosa delicada y que requiere gran desireza, de la cual tambien se aprovecha la divina Escritura en diversas partes (1), para declarar de que modo prueba Dios a los suyos, y para notar las diferencias de meritos y valor de las almas, y especialmente donde a Jeremias, profeta, le da Dios titulo de ensayador (2), para que conozca y declare el valor espiritual de los hombres y sus obras, que es negocio propio del Espiritus de los que es el que pesa los espiritus de los hombres (3). Y con esto nos podemos contentar cuanto a materia de plata, metales y minas, y pasar adelante, a los otros dos propuestos de plantas y animales.

 

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