Que es un cambio climatico
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Se llama cambio climático a la variación global del clima de la tierra alrededor de treinta años o más. Tales cambios se producen a muy diversas escalas de tiempo y sobre todos los parámetros climáticos: temperatura, precipitaciones, nubosidad, etcétera. Son debidos a causas naturales y, en los últimos siglos, también a la acción de la humanidad.
Estado del tiempo
Se caracteriza con información de temperatura, presión atmosférica, lluvia, vientos, nubosidad, o humedad en un plazo de uno o dos días.
Clima
Es el conjunto de los valores promedio de las condiciones atmosféricas o estado del tiempo que caracterizan una región. Estos valores promedio se obtienen con la recopilación de la información meteorológica durante un periodo de tiempo suficientemente largo.
La biodiversidad o diversidad biológica es un concepto que engloba a todos los seres vivos de la tierra y comprende cuatro componentes básicos: las especies de flora y fauna, la variabilidad genética, los ecosistemas y la diversidad humana
Es importante constatar que el uso de la diversidad biológica da sustento a las principales actividades económicas del país, como el sector pesquero, agrícola, ganadero y forestal. Además, hay que considerar que existen actividades industriales, como la farmacéutica y el turismo, las cuales aprovechan los recursos de Flora y Fauna. Estas actividades tienen un potencial de desarrollo futuro muy amplio.
El cambio climático es un tema que sin duda condicionará las políticas ambientales y de desarrollo de los países en los próximos años. Los desafíos y oportunidades que presenta la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (CMCC) suscrita en Río de Janeiro (1992), así como el reciente Protocolo de Kyoto (1997) deben ser considerados en la estrategia de desarrollo del país. Ambos mecanismos tendrán impacto sobre todas las actividades económicas por cuanto están dirigidas a reducir la quema de combustibles fósiles y en menor medida la deforestación. El objetivo de la convención es lograr la estabilización de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), lo que implica condicionar las políticas de transporte, generación de energía, eficiencia energética en la industria, bosques y agricultura.
Efecto invernadero es el fenómeno por el que determinados gases componentes de una atmósfera planetaria retienen parte de la energía que el suelo emite por haber sido calentado por la radiación solar. La tierra, como todo cuerpo caliente, emite radiación, pero al ser su temperatura mucho menor que la solar, emite radiación infrarroja de una longitud de onda mucho más larga que la que recibe. Sin embargo, no toda esta radiación vuelve al espacio, ya que los gases de efecto invernadero absorben la mayor parte, los GEI son: Vapor de agua (H2O). Dióxido de carbono (CO2). Metano (CH4). Óxidos de nitrógeno (NOx). Ozono (O3). Clorofluorocarburos (artificiales).
No existe un adecuado manejo de los recursos que garanticen su uso racional, la investigación y su conservación. Por ejemplo, en el caso de la fauna silvestre, el número de especies amenazadas o en peligro ha incrementado de 162 en 1990 a 222 en 1999; de ellas el 12% se encuentran en peligro de extinción propiamente dicho, 21% se encuentran en situación vulnerable, 27% están en situación rara y 40% en situación indeterminada. Es importante mencionar que, así como los bosques, los océanos y mares también son vitales para atenuar el efecto invernadero y los cambios climáticos. Las elevadas concentraciones de fitoplancton son grandes captadores de CO2, por lo que se deben destinar las medidas necesarias para su protección y estudio.
En general existen dos grandes preocupaciones respecto de la biodiversidad: la primera, es la pérdida de diversidad biológica por causa de la pérdida de hábitat y por la erosión genética, lo que pone de manifiesto la importancia de programas de conservación y de investigación de genes para el desarrollo agropecuario, forestal e industrial del país. La segunda preocupación se refiere a la heterogeneidad cultural del territorio y la desaparición de numerosas etnias, lo que lleva a la pérdida de conocimientos tradicionales sobre recursos genéticos, propiedades de numerosas plantas y animales y prácticas de manejo sostenible de los ecosistemas.
Los cambios climáticos son «normales» en la naturaleza, aunque el verdadero problema de la situación actual es que las actividades antropogénicas han acelerado esos cambios y han provocado que las especies no tengan el tiempo necesario para adaptarse a los nuevos factores climatológicos. Los cambios en el clima que antes se producían en miles de años ahora se han producido en tan sólo doscientos, desde que la revolución industrial comenzara a aumentar los niveles de CO2 en la atmósfera. Otra de las consecuencias que se están registrando en las investigaciones realizadas en los polos es el deshielo en algunas zonas, sobre todo, del Ártico, una circunstancia que aumentará el calentamiento global porque el hielo refleja las radiaciones solares mientras que el agua del mar las absorbe.
Las especies y los ecosistemas ya han comenzado a responder al calentamiento mundial.
Los científicos han observado cambios inducidos por el clima por lo menos en 420 procesos físicos y especies o comunidades biológicas. Entre los cambios pueden mencionarse la llegada más temprano de las aves migratorias en la primavera, y su partida más tarde en el otoño, una prolongación de la temporada de cultivo europea, de 10,8 días, para los huertos de especies combinadas controlados desde 1959 a 1993, un periodo de reproducción más temprano en primavera para muchas aves y anfibios, y el movimiento hacia el Norte de mariposas, grillos y moscas dragones que son sensibles al frío.
Los desiertos y ecosistemas áridos y semiáridos pueden volverse más extremos. Con pocas excepciones, se proyecta que los desiertos se vuelvan más cálidos pero no significativamente más húmedos. Las temperaturas más altas podrían amenazar a los organismos que existen actualmente cerca de sus límites de tolerancia térmica. En las praderas se podrían experimentar una alteración de las temporadas de cultivo. Las praderas albergan aproximadamente al 50% del ganado del mundo y en ellas también habitan especies silvestres. Los cambios de temperatura y precipitaciones pueden configurar nuevamente las fronteras entre las praderas, la zona arbustiva, los bosques y otros ecosistemas. En las regiones tropicales esos cambios en los ciclos de la evapotranspiración podrían afectar significativamente la productividad y la combinación de especies.
Los bosques se adaptan lentamente a la evolución de las condiciones. Las observaciones, los experimentos y los modelos demuestran que el funcionamiento y la composición de los bosques se verían afectados por un aumento sostenido de sólo 1º C en la temperatura media mundial. La composición de las especies en los bosques actuales cambiará, y podría establecerse una nueva combinación de especies, y por ende, nuevos ecosistemas. Entre otras tensiones causadas por el calentamiento figurarán más plagas, patógenos e incendios. Como se prevé que las latitudes más elevadas han de calentarse más que las latitudes ecuatoriales, los bosques boreales estarán más afectados que los bosques templados y tropicales; los bosques boreales de Alaska ya se están expandiendo hacia el Norte a una velocidad de 100 kilómetros por grado centígrados
Los bosques desempeñan una importante función en el sistema climático. Son los principales depósitos de carbono, y contienen un 80% de todo el carbono almacenado en toda la vegetación terrestre, y cerca del 40% del carbono que reside en el suelo. Durante la transición de un tipo de bosque a otro, pueden emitirse grandes cantidades de carbono en la atmósfera si la mortalidad libera el carbono más fácilmente de lo que puede absorberse mediante la regeneración y el crecimiento. Los bosques también afectan directamente el clima a escala local, regional y continental, al influir en la temperatura del suelo, la evapotranspiración, la topografía irregular, la formación de nubes y las precipitaciones.
Las regiones montañosas ya están sujetas a una importante tensión debido a las actividades humanas. La disminución proyectada en los glaciales montañosos, el permafrost y la capa de nieve han de afectar aún más la estabilidad del suelo y los sistemas hidrológicos (ya que la mayoría de los sistemas fluviales nacen en las montañas). A medida que los ecosistemas y las especies se ven obligados a emigrar hacia la cúspide de las montañas, aquellos que están limitados a las cimas montañosas pueden no tener donde ir y extinguirse; las observaciones muestran que algunas especies vegetales están subiendo en altitud, de uno a cuatro metros por decenio, en los Alpes europeos, y que algunas especies de cimas de montaña ya han desaparecido. También se verán afectados la agricultura, el turismo, la energía hidroeléctrica, la tala de árboles y otras actividades económicas. La alimentación y los recursos de combustible de las poblaciones indígenas en muchos países en desarrollo podrían verse perturbados.
Humedales Las zonas de aguas abiertas y anegadas ofrecen refugio y zona de reproducción a muchas especies. También contribuyen a mejorar la calidad del agua y a controlar las inundaciones y sequías. Los estudios de varios países indican que un clima más cálido ha de contribuir a la disminución de las tierras húmedas debido a una mayor evaporación. Al alterar sus regímenes hidrológicos, el cambio climático influirá en las funciones biológicas, bioquímicas e hidrológicas de estos ecosistemas, así como su distribución geográfica.
La criosfera que representa cerca del 80% del agua dulce, abarca toda la nieve, hielo y permafrost de la tierra. El permafrost está desapareciendo en todo el mundo incluso alrededor del Lago Baikal en Siberia, el lugar más frío del Hemisferio Norte, desestabilizando la infraestructura y liberando carbono y metano adicional en la atmósfera. Los glaciales montañosos se están reduciendo; casi dos terceras partes de los glaciares del Himalaya se han contraído en el pasado decenio, y los glaciales andinos han retrocedido de forma espectacular o desaparecido. Esto ha de afectar los ecosistemas y comunidades vecinas, así como las corrientes fluviales estaciónales y los suministros de agua, lo que a su vez tiene consecuencias en la energía hidroeléctrica y la agricultura. Los paisajes de muchas cadenas montañosas y regiones polares han de cambiar de forma impresionante. La reducción del hielo de los mares podría prolongar la temporada de navegabilidad para determinados ríos y zonas costeras. El hielo del Mar Ártico ha adelgazado en un 40% en los últimos 30 años, y su extensión se ha contraído en cerca de 10 al 15%. Pese a estos muchos efectos de contracción, no se prevé que el manto de hielo de Groenlandia cambie mucho durante los próximos 50 a 100 años. Las tierras húmedas no sujetas a mareas también se verán reducidas.
El nivel medio del mar mundial se ha elevado de 10 a 20 cm en los últimos 100 años esto ocurrió debido a la expansión térmica del agua oceánica en proceso de calentamiento y una afluencia de agua dulce de los glaciales y hielos en proceso de fusión. La velocidad, magnitud y orientación del cambio en el nivel del mar ha de variar según el lugar y la región, en respuesta a las características de la línea de costa, los cambios en las corrientes oceánicas, las diferencias en las pautas de mareas y la densidad del agua del mar, así como los movimientos verticales de la propia Tierra. Se prevé que el nivel del mar siga aumentando durante cientos de años después de que las temperaturas atmosféricas se estabilicen.
El aumento previsto del nivel del mar inundaría gran parte de las tierras bajas del mundo, perjudicando las tierras de cultivo y desplazando millones de personas de las comunidades costeras y de pequeñas islas. El aumento del nivel del mar podría también causar episodios extremos tales como mareas altas, tormentas repentinas y olas marinas sísmicas (tsunami) que causen mayor destrucción. La elevación del nivel del mar ya está contaminando las fuentes subterráneas de agua dulce en Israel y Tailandia, en los pequeños atolones dispersos a través del Pacífico y el Océano Índico y el Mar del Caribe, y en algunos de los deltas más productivos del mundo, tales como el Delta Yangtze de China y el Delta Mekong de Vietnam.
El cambio de la temperatura también causaría desplazamientos geográficos en la diversidad biológica, particularmente en las regiones de latitudes elevadas, en las que aumentaría el periodo de cultivos (siempre que la luz y los nutrientes permanezcan invariables). Cualquier cambio en la actividad del plancton podría afectar la capacidad de los océanos para absorber y almacenar carbono. Este podría “responder” al cambio climático, moderando o impulsando dicho cambio.
El aumento del nivel del mar podría dañar sectores económicos fundamentales una gran cantidad de alimentos se produce en las zonas costeras, lo que hace particularmente vulnerables a las pesquerías, la acuicultura y la agricultura. Otros sectores más expuestos a riesgos son el turismo, los asentamientos humanos y los seguros (que ya han sufrido pérdidas sin precedentes últimamente, debido a episodios climáticos extremos).
Las zonas costeras y las pequeñas islas son sumamente vulnerables. En las últimas décadas las costas se han modificado y urbanizado intensamente, lo que las hace aún más vulnerables a un aumento del nivel del mar. Los países en desarrollo, con sus economías e instituciones más débiles, están expuestos a los riesgos más graves, pero las zonas costeras bajas de los países desarrollados pueden también verse gravemente afectadas. Ya en los últimos 100 años, el 70% de las líneas de costas arenosas ha estado retrocediendo.
Las inundaciones y la erosión costera se agravarían. La intrusión de agua salada ha de reducir la cantidad y calidad del abastecimiento de agua dulce
La salud humana.
El desplazamiento de las comunidades de zonas anegadas, particularmente las que tienen escasos recursos, aumentaría el riesgo de diversas infecciones, y enfermedades psicológicas y de otro tipo. Los insectos y otros vectores transmisores de enfermedades se dispersarían en las nuevas zonas. La perturbación de los sistemas de saneamiento, el drenaje del agua de tormentas y la evacuación de alcantarillado también tendrían consecuencias para la salud.
Fuente: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente y la Secretaría sobre el Cambio Climático (UNFCCC).