Construcciones en la cima de Pisaq
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Dijimos que la ciudad prehispánica de P’isaq, estuvo edificada en toda una montaña, a la que para fines de descripción, hemos denominado Montaña CUATRO. La ciudad estuvo encerrada dentro de un círculo infranqueable de zócalos verticales y muralla ciclópea. Fuera del circuito hallamos barrios suburbanos, como Qanchis Raqay, el gigantesco cementerio de Antachaka y Tantana Marka, diversos grupos de andenes, etc.
La cumbre de esta montaña sagrada, de por si abrupta, tuvo que ser escarpada por la mano del quechua prehispánico, que moduló un barrio bello e impresionante, allá donde fue roquedo y promontorio.
La cima y sus escarpaduras adyacentes, nos ofrecen ruinas, que con su mutismo nos explican la grandeza de aquel centro poblado. Tenemos a la vista, huellas inequívocas de importantes edificios; están los cimientos de las casas, las callejas, las escalinatas, los andenes, etc. Es un valioso repositorio de riqueza histórica.
Existen edificaciones semi destruidas, al borde mismo de enormes precipicios, asociadas con cortos andenes y caminos interiores.
7.1. Caminos.- El principal camino que nos conduce a la cima, es el que sigue la orientación longitudinal de la montaña, discurre aproximadamente en sentido N-S. Continuando con el viaje imaginario, en este libro, nos hallamos en el barrio de Tianayoc, de aquí continuamos por el sendero en dirección Norte, el sendero se inclina hacia el borde derecho de la montaña, luego retoma la cresta y nos conduce a una planicie o área libre, especie de hall, donde convergen caminos y le rodean edificaciones.
De esta pequeña plaza, continuamos por el camino que se dirige hacia la cumbre; trepando y ascendiendo por unos roquedos, tenemos que el camino se angosta y nos conduce a un túnel de tres metros de longitud y bastante inclinado. Finalmente, venciendo centenares de pasos, arribamos a la cumbre, al sector más elevado de toda la montaña.
Otro camino que conduce a la cima, es aquel que parte del Norte, de la zona de Antachaka, atraviesa todo el barrio de K’alla Q’asa y se orienta hacia la cumbre de la montaña.
Existen otros senderos secundarios, transversales, que comunican con cortas y estrechas calles.