
El Señor de los Milagros y el Simbolismo de los Colores:
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El Señor de los Milagros y el Simbolismo de los Colores: “El Color Morado”
El color Morado; al ser un “purpura azulado” es técnicamente una tonalidad del Purpura. La diferencia entre púrpura y morado es semántica, ya que la adjetivación de color «morado» se origina en la descripción de la pigmentación de las moras, frutos del árbol llamado moral (Morus nigra).
En la antigüedad la obtención del pigmento “Purpura”, se lograba atravez de la extracción de la glándula hipobranquial de varias especies de caracoles marinos. Esta secreción glandular de ciertos moluscos se oxida en contacto con el aire para volverse púrpura. El componente principal de esta sustancia es típicamente el 6,6’–dibromoíndigo, responsable del color. La dificultad en la extracción del pigmento hizo de este un color muy apreciado.
En la Antigüedad el tinte púrpura estuvo asociado especialmente a los fenicios, que se dedicaban al comercio de telas teñidas con este pigmento. El mejor púrpura, y el más puro, era el que se extraía de los caracoles colectados en las costas del Mediterráneo, incluyendo al puerto fenicio de Tiro, de donde el tinte obtuvo su nombre: El «púrpura de Tiro». Cada molusco no daba más que una gota de tinte, por lo que la obtención de treinta gramos de esta sustancia demandaba la muerte de unos 250 000 caracoles, justificando el elevadísimo precio de los paños teñidos de púrpura.
La púrpura no solo era prohibitiva debido a su precio, sino que a veces su uso estaba restringido por ley. En la Roma republicana los generales podían llevar túnicas completamente teñidas de púrpura, pero a los senadores, cónsules, pretores y otros personajes de menor rango solo se les permitía lucir franjas de púrpura en el borde de sus togas, tanto más angostas cuanto menor el rango. En la Roma imperial las restricciones sobre el uso de la púrpura se incrementaron, y hacia el siglo IV solamente el emperador podía usar púrpura, estando penado el uso de este color por cualquier otro romano, aunque se debiese a un tinte de imitación y no al púrpura auténtico.
Como los emperadores romanos y bizantinos llevaban mantos de púrpura, la sucesión se denominaba «tomar la púrpura». El emperador bizantino era llamado por esto purpuratum, ‘purpurado‘; hoy en día conserva este apelativo en los cardenales de la iglesia católica.
En la iglesia católica, el púrpura está vinculado a la dignidad de cardenal, denominado «purpurado». La Curia Romana originariamente optó por usar “la púrpura de tiro”, a imitación de los emperadores romanos, tanto para las vestimentas del Papa como para las de los cardenales. Sin embargo, tras la caída de Constantinopla no se fabricó más púrpura de Tiro, y “El Rojo Carmín de Grana” (pigmento obtenido de insectos del orden de los hemípteros) pasó a ser el tinte más costoso y apreciado. En 1464, el papa Pablo III dispuso que los cardenales vistiesen prendas teñidas de “Rojo Grana”.
En las celebraciones litúrgicas católicas, los colores van asumiendo un significado simbólico. El Papa Inocencio II a principios del siglo XIII, fue el que le “añadió el significado simbólico” y fue el Papa Pío V (1566 – 1572), quien le otorga “un uso temporal específico”, formalizando el uso de los siguientes colores litúrgicos: Blanco, Rojo , Verde y Morado.
El color Morado; fue asignado “para la Cuaresma, el Adviento, días penitenciales y día de los fieles difuntos”, exequias, para el sacramento de la Penitencia y la Unción de los Enfermos. Simbólicamente representa “penitencia y luto”.
Muchas de las representaciones pictóricas de “Cristo Nazareno” asociaron esta imagen con el color morado de sus prendas. El origen del hábito morado del Señor de los Milagros tiene relación.
Sor Antonia Maldonado, original de Guayaquil, vino al Perú muy joven y aunque fue obligada a casarse, quedó viuda casi inmediatamente, pudiendo dedicarse a su verdadera vocación, el servicio a Cristo. Con tal objetivo, fundó un “beaterio de nazarenas” (en el Cusco el Beaterio de las Nazarenas se fundó solo algunos años después que su homónimo de Lima) cuyo hábito era de color morado. Al pasar los años se le ofreció a doña Antonia un solar al lado de la capilla del “Cristo de Pachacamilla”, dedicándose ella y sus beatas a cuidar al Cristo moreno, siempre ataviadas con el hábito que usaban las nazarenas. Finalmente, el Papa Benedicto XIII autorizó la institución del monasterio con el nombre de Religiosas Nazarenas Carmelitas Descalzas del Señor San Joaquín; que debería congregar a treinta y tres monjas vestidas en el hábito morado instituido por su fundadora Madre Antonia del Espíritu Santo.
Es a partir del uso del hábito morado por las madres Nazarenas, que se difunde su uso y se extiende e interiorizada en la cultura peruana, tanto así que a Octubre, se le denomina el «mes morado» y junto con las multitudinarias procesiones es común observar a devotos que usan el hábito todo el mes.
