
La terminologia Arqueologica en el Peru
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La terminología arqueológica no es de modo alguno standard. Sugerencias iniciales muy particulares, lanzadas por descubridores de nuevos sitios y estilos arqueológicos, se han impuesto con la costumbre. De ahí que la nomenclatura arqueológica sea, en algunos casos, realmente arbitaria y caótica.
El término horizonte —en lo que toca a terminología general usada en la arqueología peruana— indica la presencia de un estilo cultural, o un complejo cultural, a través de un área de difusión considerable. La extensión geográfica alcanzada por el Imperio de los Incas, sirve de norma. Ya se ha discutido lo que se entiende por estilo. Complejo cultural, se refiere a la presencia de un estilo o forma, en diversas facetas de la cultura: arquitectura, cerámica, organización social, etc.
Desde 1953 se comenzó seriamente a discutir los postulados a seguir para uniformar la terminología arqueológica (4). El nombre dado a los estilos arqueológicos resulta, unas veces, derivado del de una tribu importante citada por los cronistas, como Chimú o Chanca. Otras veces, un idioma, ha motivado la denominación de una cultura, de la que no se sabe si habló o no esa lengua. Tal el caso de Mochica. Negativo, es en rigor, el nombre de una técnica solamente; fue usado por Bennett para denominar un horizonte cultural. El criterio que impera en la actualidad ha optado por algunas normas. Nomina un estilo: 19) por el nombre del sitio en que fue ubicado inicialmente; y 2<?) por el lugar donde aparece determinado estilo en su forma pura, o aislada de otros estilos. En cuanto a los llamados jocos arqueológicos, ellos se suponen sitios de irradiación, como Chavín (Ancash) y Tiahuanaco, aunque se ha puesto, últimamente, en tela de juicio el carácter de “foco” de estos dos yacimientos: La palabra estación se usa para indicar el lugar donde permanece un estilo en forma vigorosa durante un tiempo, como es el caso —aunque no bien aclarado— del estilo Tiahuanaco con respecto a.Huari, en Ayacucho.