Historia del Lago Morkill en Cusco
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En el pasado, el valle de la ciudad del Cusco fue ocupado por un inmenso lago que se extendía a lo largo de los distritos actuales de Cusco, Wanchaq, Santiago, San Sebastián y San Jerónimo. Este lago albergaba una gran variedad de fauna marina como peces y moluscos, así como mamíferos de la mega fauna y los primeros humanos que se dedicaban a la caza, pesca y recolección de frutos en las orillas del lago.
En 1911, la expedición científica de la Universidad de Yale, liderada por Hiram Bingham, llegó a la zona, y el geólogo Herbert Gregory, en honor al jefe de ferrocarriles del sur que ayudó en la investigación, llamó al lago Morkill. Los profesionales de la expedición descubrieron restos de la fauna que habría vivido en las orillas de este lago.
Hoy en día, en El Museo Histórico Regional de Cusco Casa del Inka Garcilaso de la Vega se pueden ver restos de este antiguo lago, incluyendo restos de un Mastodonte, algas y conchas, y restos intactos de un Gliptodonte.
Con el paso de los años, las placas tectónicas chocaron, lo que provocó la apertura del desagüe del sur, conocido como Angostura, en el distrito de San Jerónimo, y el agua del lago se desagotó para dejar el valle del Cusco libre para habitar. Los humedales de Huasao y la laguna de Huacarpay son ejemplos de lo que habría sido este gran lago.
Después de este suceso, las primeras culturas, como Marcavalle y Chanapata, comenzaron a poblar el valle del Cusco. En resumen, el valle del Cusco fue un lago que albergaba una variedad de animales de la mega fauna, pertenecientes al pleistoceno de la era cuaternaria.