Mario Curasi Rodríguez y su: NATURALEZA VIVA
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MARIO CURASI RODRIGUEZ (CUSCO 1967)
Adentrarse al mundo amazónico supuso para el pintor Mario Curasi no solo arribar a un territorio nuevo, de dimensiones físicas, sino también, como ocurre ante los grandes descubrimientos, fue toda una sorpresa y un desafío a la imaginación. Y es que esa es la mirada de un artista, de reparar más allá de lo obvio y lo tangible. No es, pues, la mirada del biólogo, zoólogo, geógrafo y antropólogo. La suya, sin desdecirse de la verdad la realidad en este caso, intenta dejar su visión con asombro y belleza.
Para un hombre de los Andes, pues el artista nació en Cusco, ciudad cosmopolita del Perú, internarse en el bosque del Manu fue más que una experiencia geográfica, viajera o turística. O, para ser dramático, la de ser un simple testigo de la devastación ecológica. Ante toda esta vastedad de hechos y situaciones de este universo desconocido y amenazado al mismo tiempo, su actitud ha sido la de un creador, de reinventar la vida, la flora y la fauna. Recogió los trozos de maderas, desechos de la tala abusiva, absurda e indiscriminada, y refundo la I vida en forma y color con seres reales e imaginarios del Manu. Y el Manu ya no fue solo un territorio físico, una gran reserva de biodiversidad planetaria, sino una cantera de donde han brotado las serpientes, batracios, lagartijas, aves, insectos y peces para habitar sus tablas que reúne esta muestra, la que ha decidido llamar «Jungla interior».
Debemos advertir que no solo ha surgido una fauna, I verdadera especies enjoyadas, que solo la naturaleza puede crear. El artista los ha ido pintando y ha hecho con cada uno de ellos una forma de retrato, como quien hace un inventario y establece su respectiva identidad.
La pintura de Mario Curasi también recogió otros seres, de hombres y mujeres, que solo tienen origen en el trabajo
JUNGLA INTERIOR
Un viaje de estudios hacia la selva peruana, el parque de la biosfera del Manu, motivó las pinturas sobre estas superficies al ver cuanta madera se desperdiciaba cuando se explotaba este recurso y por otro descubrir un nuevo universo de aves, peces, insectos, mamíferos y flora de fantasía que existía en este lugar, desconocido hasta ese entonces para mis ojos, el introducirme en otra dimensión donde todo interactúa más allá de la comprensión del hombre y donde la fuerza de la naturaleza se hace presente a cada instante que incluso en los sueños se volvía a exhibir con una sinfonía de colores y formas, los cuales con el transcurrir del tiempo se tradujeron en esta serie de pinturas que se alimentan de la realidad y encuentran su propia representación.
El convivir unos días en la selva transforma el pensamiento, donde la pregunta constante es entender que somos solo una parte de esta genial creación y que es posible encontrar especies inimaginables en su habitad natural, allí donde la jungla esconde sus misterios…